El yoga puede proporcionarte muchos beneficios: es relajante y te fortalece, aunque no es muy aeróbico. Aunque existe el power yoga o yoga intenso, incluso practicando esta modalidad (en una sesión de 90 minutos) sólo quemas 300 calorías. Por otra parte, estas sesiones no aumentan la tasa metabólica (número de calorías quemadas en reposo) tras el entrenamiento.
Si haces yoga, recuerda que debes complementar esta actividad con otros ejercicios cardiovasculares; el equilibrio es la clave.
Hay partir de la idea de que las básculas sólo dan una 'instantánea' del peso en un momento determinado. El peso puede alterarse por la cantidad de agua y/o última comida en el sistema, o la hinchazón. Son muchas las personas que cambian su sistema de vida (para mejorar en salud) y se sorprenden al descubrir que en realidad aumentan de peso. Y esto ocurre porque el músculo es más denso y más pesado que la grasa.
Así que si haces ejercicio sólo con el objetivo de perder peso, prepárate para una pequeña decepción... Si bien es cierto que sí que estarás más delgado (a pesar del posible aumento de peso/músculo) aunque en la báscula no se refleje así.
Los ayunos a base de jugos son una de las últimas modas de salud, de la que probablemente hayas oído hablar... ¿En qué consisten? Con el fin de liberar las toxinas del cuerpo e inducir otros beneficios para la salud, consumes sólo zumos (eliminando el resto de alimentos) durante un tiempo determinado. Sin embargo, no se ha demostrado que los beneficios resultantes vayan más allá de la sensación de bienestar del efecto placebo.
El motivo de que ayuda a perder peso es porque es un ayuno, que elimina las proteínas de la dieta. Y esto supone una reducción tanto de grasa como de músculo. Lo esencial aquí es comprender que tu cuerpo (por sí mismo) ya tiene un sistema de desintoxicación perfecto: mediante los riñones, el hígado y el tracto digestivo. En realidad, digerir jugos sin fibra durante todo el día, en lugar de comida de verdad, puede perjudicarte más que beneficiarte.
Todos los excesos son malos... y beber agua en exceso puede conducir una intoxicación, pero ocho vasos al día no son demasiados. No sabemos el porqué de esta cantidad, ya que nadie puede decir de dónde salió esta recomendación. Lo que sí sabemos es que para las personas sanas, beber ocho vasos de agua diarios no tiene ningún efecto positivo evidente.
Sin embargo, aquí hay una pizca de verdad (al igual que con todos los mitos). Si bebes mucha agua no sientes la necesidad de consumir otras bebidas en su lugar, que son mucho peores. Por ejemplo, las bebidas con alto contenido de azúcar aumentan nuestra ingesta de calorías hasta niveles peligrosos.
El mejor consejo es beber agua cuando tengas sed, a menos que tu médico te recomiende lo contrario.
Otra creencia muy extendida es que el consumo de azúcar en exceso conduce a la diabetes, pero la verdad es mucho más complicada. La diabetes tipo 1 es totalmente genética y no es causada por la dieta en absoluto. La diabetes tipo 2 es causada tanto por factores genéticos como por el estilo de vida. Se considera que ciertas bebidas azucaradas son culpables de aumentar el riesgo de diabetes, pero no tanto por el contenido de azúcar si no por el alto número de calorías.
La obesidad y los malos hábitos alimenticios, suponen un mayor riesgo para la diabetes que el azúcar propiamente.
Es muy común escuchar que el jarabe de maíz de alta fructosa se debe evitarse. Los científicos coinciden en que en cuanto a procesamiento, energía y subproductos, tiene los mismos efectos que cualquier otro azúcar natural. La única razón por la que el jarabe de maíz de alta fructosa se puede considerar menos saludable, es que contiene más azúcar por porción que los azúcares naturales (como la miel). Pero si se utiliza en dosis concentradas, no hay diferencia.
Quién no ha escuchado el mito de que las hojas de té verde tienen beneficios para la salud, y contienen gran cantidad de antioxidantes. Y en este caso el problema no son las hojas frescas, sino los polvos y extractos. Increíblemente, la revista Consumer Reports incluye el té verde en polvo (o extracto de té) como uno de los 15 ingredientes que debemos evitar siempre. Dicen que puede causar mareos, aumento de la presión arterial, zumbido en los oídos, daño al hígado e incluso la muerte.
Todo esto es debido a que el polvo es más potente que las hojas originales. El proceso de concentración y síntesis produce efectos preocupantes en las personas con condiciones pre-existentes, sobre todo si lo consumen con frecuencia.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que el té también contiene una gran cantidad de cafeína, a la que algunas personas pueden ser muy sensibles (recuerda que la cafeína no formó parte de las dietas en Europa durante miles de años).
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