Aunque el hígado es capaz de reemplazar las células dañadas, si se pierden demasiadas células, es posible que el hígado no pueda funcionar correctamente. Existen varios malos hábitos que son parte de nuestra vida cotidiana que puede aumentar el riesgo de daño hepático y dolor. Es posible que ni siquiera nos demos cuenta, ya que el daño puede ser gradual sin síntomas evidentes.