La famosa dieta mediterránea se basa en el consumo de verduras, frutas, cereales, legumbres, pescado y, cómo no, aceite de oliva virgen extra (AOVE). Este tipo de alimentación ha contribuido al aumento de la esperanza de vida de los europeos del sur. Los italianos y españoles, por ejemplo, consumen alrededor de 13 litros de aceite de oliva por persona por año. Es el consumo de aceite de oliva virgen extra, en concreto, el principal ingrediente que contribuye a la longevidad y al bienestar de ciertas poblaciones.
Nuria Rosique, dietista nutricionista de la Unitat de Nutrició Humana de la Universitat Rovira i Virgili, de Tarragona (España), recuerda: "Las evidencias científicas de los beneficios del aceite de oliva cada vez son más palpables". "Hemos oído hablar de los beneficios del aceite de oliva, consumido en ayunas; hoy los estudios lo corroboran".
1. Es antiinflamatorio y ayuda a adelgazar
"Para el aparato digestivo y el hígado, su consumo en ayunas reduce la acidez gástrica, porque forma una película en la pared gástrica, favorece el tránsito intestinal, mejora la absorción de nutrientes, sobre todo calcio, magnesio, zinc y vitaminas del grupo B, optimiza el trabajo del hígado, la vesícula biliar y el páncreas. Disminuye el colesterol 'malo' y aumenta el 'bueno', además permite reducir la grasa abdominal y su carga en polifenoles hace que sea un potente antioxidante".
Pero el aceite de oliva que tomanos en ayunas debe ser de alta calidad, virgen extra, cuanta más calidad, más riqueza en polifenoles y nutrientes. Su consumo no está limitado ni por edad ni por condición fisiológica alguna; de hecho debería estar presente en nuestra dieta de forma habitual.
Pero los beneficios del consumo de aceite de oliva también se extienden a su ingesta a lo largo del día no solo. La salud cardiovascular es la que más se beneficios del consumo de oliva, por su capacidad para reducir el colesterol total o aumentar el colesterol HDL (el llamado colesterol bueno). También ayuda a regular la tensión arterial, mejora el control de la glucosa y el riesgo de diabetes. Es importante que su consumo sea regular. Para los adultos se recomienda tomar dos cucharadas soperas al día.
2. Menor riesgo de cáncer de mama, lzhéimer y fracturas óseas
Estudios recientes indican, además, que "estas dosis se asocian a un menor riesgo de sufrir cáncer de mama, alzhéimer y fracturas óseas. Pese a que se compone casi del 100% de grasa, no se asocia en sí mismo con un aumento del peso corporal. Todo lo contrario, sí al mantenimiento del mismo a largo plazo", afirma la especialista.
El AOVE aporta grandes beneficios independientemente de cuándo se consuma, siempre que sea en crudo.
Una de las buenas noticias es que da igual su momento de consumo. De hecho, aunque hay datos sobre sus efectos en ayunas, "faltan estudios científicos que hayan evaluado esta cuestión específicamente, por lo que no se puede, de momento, hacer recomendaciones generales al respecto. El aceite de oliva, principalmente en su versión virgen extra, aporta beneficios independientemente de cuándo se consuma", documenta Nuria Rosique.
Aceite de oliva, El Mejor Desayuno
El aceite de oliva ha demostrado sus propiedades nutricionales en ayunas o en una tostada de pan en el desayuno siempre y cuando sea en crudo. Además contribuye a paliar el estreñimiento dado que puede tener un ligero efecto laxante tomado en ayunas".
El consumo del aceite de oliva debe ser preferentemente en crudo o con la mínima exposición a procesos de cocinado para evitar comprometer estos compuestos antioxidantes tan beneficiosos para la salud. El aceite de oliva puede ser consumido por personas de todas las edades: desde la introducción a la alimentación complementaria en el bebé, pasando por su infancia y adolescencia, y durante la edad adulta y la vejez.
Cómo rentabilizar el uso del aceite
Para sacarle el máximo provecho, apunta la experta, hay que saber que "especialmente el virgen extra es idóneo para consumirlo en forma de aderezos para verduras y hortalizas en crudo o cocinadas, así como en preparaciones tan saludables como el tradicional sofrito de tomate y cebolla, o con el pan para un desayuno.
Su consumo no se debe eliminar por completo de la dieta habitual en personas con sobrepeso u obesidad. "Es una grasa saludable que contribuye de forma importante a que la dieta sea variada y equilibrada y, además, agradable y apetitosa al paladar", agrega.
Diferencias con otros aceites:
1. El aceite de coco tiene un alto contenido de ácidos grasos de cadena media, el principal es el ácido láurico. Esta grasa es bastante resistente a los procesos oxidativos, de ahí su uso para la elaboración de galletas y frituras.
2. El aceite de palma se utiliza principalmente en la elaboración de las margarinas vegetales sólidas a temperatura ambiente, el tipo de grasa es saturada y aguanta igual de bien la oxidación. Se emplea mucho en la industria alimentaria, ya que no se enrancia fácilmente y mantiene las características organolépticas del producto. Por lo tanto, es de mayor durabilidad y sabor. Ambas grasas son saturadas en su mayoría, por lo que no son recomendables.
Los diversos tipos de aceite de oliva
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