La antocianina es un pigmento, que normalmente hace que las frutas y verduras se oscurezcan, y su consumo se ha relacionado con varios beneficios para la salud.
Como regla general, cuanto más oscuro sea el producto, más rico en antocianina será, pasando del rojo al morado profundo, casi negro. Buenas fuentes de este pigmento son las berenjenas, las frambuesas negras (las moras de aspecto similar son algo menos ricas en antocianina), la grosella negra, las bayas del saúco, el maíz azul (Hopi) y los arándanos.
Las antocianinas también han demostrado ser potentes antioxidantes, una palabra que se ha vuelto cada vez más prominente en los círculos de salud. Pero, de todas formas, ¿qué es un antioxidante y para qué sirve?
En resumen: la oxidación en el cuerpo tiene el potencial de crear átomos de oxígeno defectuosos (llamados radicales libres) con déficit de electrones. El átomo busca rectificar esto "robando" electrones del medio ambiente, es decir, nuestro cuerpo. Esto causa mutación celular en diferentes órganos y tejidos, e incluso se demostró que altera el ADN.
Esto, a su vez, puede conducir a una serie de diferentes enfermedades degenerativas que a menudo se asocian con el envejecimiento, como el cáncer, el Alzheimer, el Parkinson, la diabetes y otros. Los antioxidantes neutralizan estos radicales libres al donar los electrones que tanto se necesitan. De hecho, se ha demostrado que comer solo media taza de arándanos en cada comida aumenta la capacidad del cuerpo para neutralizar estos dañinos radicales libres y proteger sustancialmente la integridad de nuestro ADN.
¡Y eso son solo las antocianinas! Obviamente, todas estas bayas y verduras azules o moradas también son ricas en nutrientes que pueden ayudar a aliviar y prevenir una gran cantidad de problemas de salud. Para ver un ejemplo de las muchas maneras en que los arándanos pueden beneficiar tu salud, aquí puedes leer nuestro artículo.
Fuente de la imagen: Oregon State University