El café es una bebida antigua. Elaborada por primera vez alrededor del siglo IX d.C., la bebida se originó en la zona geográfica de las actuales Etiopía y Yemen, y desde entonces se ha extendido eficazmente por todo el mundo, convirtiéndose en una de las bebidas más populares del mundo. Dado que el café tiene una historia tan rica y antigua, no es de extrañar que a lo largo de todos estos años hayamos recopilado todo un tesoro de conocimientos y datos fascinantes sobre el café.
¿Sabías, por ejemplo, que el café se comía antes de ser preparado, o que los granos de café no son realmente granos? A continuación encontrarás 11 de estos fascinantes hechos sobre el café, muchos de los cuales ni siquiera los aficionados más entendidos conocen...
1. No hay diferencia en el contenido de cafeína entre los tuestes oscuros y claros del café
Existe el mito popular de que el café de tostado oscuro es más rico en cafeína que las variedades de tueste claro. De hecho, muchas personas se decantan por el tueste oscuro específicamente porque es más fuerte, pero los expertos en café señalan que esto es un mito y que el tueste no afectará al contenido de cafeína del café de ninguna manera que usted pueda notar. De hecho, la diferencia de cafeína puede ser más prominente entre los diferentes tipos de café que entre los tuestes, así que si buscas más cafeína, busca variedades de café cultivadas específicamente para maximizar el contenido de cafeína.
2. El olor del café suele ser suficiente para despertarte por la mañana
Asociamos ciertos olores con sentimientos y recuerdos, tanto buenos como malos. Así que no es de extrañar que el olor del café provoque en los seres humanos sensaciones de vigilia, un fascinante hallazgo confirmado por la ciencia. La investigación ha demostrado que el olor del café envía señales de anticipación en el cerebro que proporcionan estimulación, así que asegúrese de oler un poco de café la próxima vez que tenga prisa por la mañana y no tenga tiempo para disfrutar de una taza de café.
¿Quién sabe por qué los llamamos granos de café? Tal vez porque se parecen a los granos, o tal vez es sólo una mala traducción de la fuente original de hace siglos. Sea como fuere, aclaremos que los granos de café NO son granos, sino semillas de una fruta parecida a una cereza, llamada cereza de café o baya de café (según la fuente). Estas cerezas se recogen del cafeto, luego se secan o se lavan para eliminar la pulpa y dejar al descubierto las semillas secas, que luego se tuestan y se muelen para hacer café.
4. Los capuchinos llevan el nombre de los frailes capuchinos
El capuchino es una bebida italiana que se prepara mezclando café expreso con leche espumada y que da lugar a una bebida de café de color amarillo dorado y muy deliciosa. El color dorado de la bebida recordaba a los baristas italianos las túnicas de los frailes capuchinos, que son grandes órdenes franciscanas de monjes que se fundaron en la Italia del siglo XVI. Fue este parecido de color el que dio nombre al capuchino.
El mejor café crece en altitudes extremadamente altas, en climas cálidos y húmedos, sin cambios drásticos de temperatura a lo largo del día. Por ello, no es de extrañar que el café se cultive en Brasil, donde las cordilleras alcanzan la impresionante cifra de 2.791 metros sobre el nivel del mar. De hecho, actualmente, cerca del 40% del café mundial proviene de Brasil.
6. Los que beben café viven más tiempo
Una gran noticia para los amantes del café en todo el mundo: según una investigación de Harvard, ¡resulta que vivimos más tiempo que los que no beben café! Más concretamente, el consumo moderado (de 3 a 4 tazas al día) se asoció a una mayor longevidad, así como a un menor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y Parkinson. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el estudio hablaba de café sin azúcar ni edulcorantes.
7. Antes de que se consumiera como bebida, el café se comía
Sí, has oído bien. Hace tiempo, las tribus de África oriental, que fueron las primeras en descubrir el café, recogían las cerezas del café, las mezclaban con grasa animal y las consumían como alimento energético. Con el tiempo, aprendieron que la cafeína podía extraerse de los granos de café, y aún hoy, África tiene una de las culturas cafeteras más interesantes, diversas y antiguas del mundo.
8. El café descafeinado nunca está completamente libre de cafeína
El café descafeinado nunca está completamente libre de cafeína. Durante el proceso de descafeinado, los granos de café suelen ser despojados del 94-98% de su contenido de cafeína. Las investigaciones señalan que incluso el descafeinado tiene algo de cafeína: 9,4 ml de cafeína en 16 onzas de café descafeinado, frente a los 188 ml de cafeína en la misma cantidad de café medio.
¿Prefieres el café caliente? Si es así, quizá le guste conocer este truco: basta con añadir un chorrito de leche o nata a su café, y se enfriará un 20% más lentamente que una taza de café solo. Claro, aumentará el contenido calórico de la taza (1 taza de café negro solo tiene 1 caloría), pero también lo hará mucho más cremoso, y al parecer, también más caliente.
10. Antes de que el café se popularizara, la bebida más común para el desayuno era la cerveza
Imagínate, ¡sustituir el café de la mañana por una taza de cerveza! Pero es cierto, hasta el siglo XVIII, cuando el café se hizo cada vez más popular, la mayoría de la gente bebía cerveza para desayunar, simplemente porque era la bebida más asequible para la mayoría de la población. ¡Menos mal que en aquella época no había carros!
11. Los posos del café pueden utilizarse como combustible biodegradable
Según un artículo de la revista Biodiesel, "La taza de café que alimenta a muchas personas por la mañana podría pronto alimentar también a los camiones, en forma de biodiésel de café". Resulta que los investigadores ya han desarrollado una forma de reutilizar los posos del café que de otro modo se tirarían a la basura para producir biocombustible. No podemos esperar a poder utilizar los viejos posos de café en lugar de pagar la gasolina, eso seguro.
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