Esta técnica sugerida para ayudar a combatir el Coronavirus no es nueva. De hecho, la terapia pasiva de anticuerpos fue una creación de los dos científicos, Behring y Kitasato, quienes descubrieron por primera vez cómo ciertos anticuerpos en la sangre ayudan a combatir y desarrollar inmunidad contra enfermedades infecciosas específicas desde la década de 1890. Con el tiempo, los científicos aprendieron a recolectar esos anticuerpos específicos de la sangre de pacientes que se han recuperado de la enfermedad. Inyectaron a las personas estos anticuerpos, lo que ayudó a los pacientes a recuperarse y así es como nació la terapia pasiva de anticuerpos en la década de 1930.
Con el tiempo, el enfoque fue abandonado, ya que los antibióticos se estaban volviendo más populares. Sin embargo, con la creciente amenaza de resistencia a los antibióticos y la aparición de nuevas enfermedades infecciosas como el coronavirus, la terapia pasiva con anticuerpos ha experimentado un resurgimiento en los últimos años. Se sugiere que el enfoque sea efectivo tanto para prevenir como para tratar enfermedades infecciosas.
En un estudio reciente de The Journal of Clinical Investigation, los investigadores de EE. UU. afirmaron que este método podría usarse con éxito para tratar a pacientes con COVID-19, y a diferencia de una vacuna y otros enfoques novedosos, esta técnica está fácilmente disponible y no requiere pruebas adicionales o equipo.
Los investigadores señalan que la mayoría de los bancos de sangre ya cuentan con el equipo necesario para aislar los anticuerpos contra el coronavirus que contienen suero, por lo que sería posible comenzar a tratar a las personas en unas pocas semanas.
Los autores sugieren que planean usar este enfoque en aquellos que tienen mayor riesgo de desarrollar complicaciones graves del virus, es decir, personas mayores y pacientes con afecciones preexistentes. Sin embargo, para comenzar a implementar esta técnica, los profesionales médicos confían en los voluntarios que se han recuperado recientemente de COVID-19 porque tendrían que donar sangre para producir el suero.
Además, existen algunas limitaciones para la terapia. Los investigadores señalan que este enfoque es más efectivo para prevenir y tratar la afección en sus primeras etapas de desarrollo, por lo que un diagnóstico rápido y eficiente es imprescindible en esta situación.
Como uno de los investigadores, el Dr. Casadeval, dijo en una entrevista reciente: "Todo es factible, pero para hacerlo se requiere una organización de esfuerzo, recursos ... y personas que se hayan recuperado de la enfermedad y que puedan donar la sangre". Por ahora, no hay información sobre las fechas estimadas en que puede estar disponible el tratamiento pasivo con anticuerpos, pero el hecho de que médicos expertos de todo el mundo están trabajando en una cura para COVID-19 ciertamente nos llena de esperanza para el futuro.