Las infecciones oculares suelen ser fáciles de detectar por el picor persistente, el enrojecimiento aparente y otros síntomas molestos. Lo difícil es saber distinguir un simple caso de conjuntivitis de una peligrosa infección ocular que puede causar la pérdida permanente de la visión. El ojo humano es un órgano extremadamente complejo que consta de 10 componentes generales; cualquiera de estas partes puede convertirse en el caldo de cultivo de diversos gérmenes: bacterias, virus e incluso hongos.
Mientras que las infecciones oculares menores pueden curarse por sí solas, otras pueden infligir daños graves y necesitar atención médica urgente. En este artículo, repasamos 6 tipos comunes de infecciones oculares y los signos de una infección ocular peligrosa.
También conocida como ojo rosa, la conjuntivitis es la infección de la conjuntiva, una fina membrana transparente que protege el párpado. La conjuntivitis es, con mucho, la infección ocular más extendida y reconocida. La mayoría de los casos de conjuntivitis están causados por virus, pero la conjuntivitis bacteriana y alérgica también son comunes.
En la mayoría de los casos, la conjuntivitis es fácil de detectar porque hace que el ojo se vuelva rosado y produce una secreción viscosa que es más espesa cuando se despierta. La buena noticia es que la mayoría de los casos de conjuntivitis desaparecen por sí solos en unos días o unas semanas, aunque es posible que necesites un antibiótico para eliminar la conjuntivitis bacteriana.
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Blefaritis
La blefaritis es una inflamación de los párpados. Se produce cuando las pequeñas glándulas sebáceas de la base de las pestañas se obstruyen. Los pacientes con blefaritis experimentan ardor en los ojos y pueden notar escamas o costras similares a la caspa a lo largo de la línea de agua y las pestañas. La blefaritis también puede hacer que los ojos sean sensibles a la luz y causar visión borrosa.
Las personas con piel grasa, caspa y rosácea son más propensas a padecer esta enfermedad. Como la mayoría de los casos son bacterianos, es probable que necesites gotas oculares especiales para recuperarte de la blefaritis.
Ambas afecciones afectan a los párpados y tienen un aspecto muy similar, aunque el chalazión es una glándula sebácea obstruida y el orzuelo es una infección del folículo de las pestañas. Las afecciones se manifiestan en forma de hinchazón o protuberancias rojas en los párpados que pican y duelen al tacto.
Tanto los orzuelos como el chalazión no suelen ser una emergencia y pueden tratarse en casa aplicando una compresa limpia, tibia y húmeda en el ojo afectado durante 20 minutos varias veces al día. Debería desaparecer en una semana aproximadamente. Sin embargo, algunos chalaziones pueden crecer tanto que limitan la visión y pueden requerir una extirpación quirúrgica.
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Queratitis
La queratitis afecta a la córnea, una membrana abovedada y transparente de la pupila y el iris. Cualquier tipo de germen, ya sea un virus, una bacteria, un hongo o un parásito, puede desencadenar una queratitis, y esta peligrosa afección puede causar daños duraderos en la visión si se ignora. Nota: la sequedad ocular grave también puede provocar queratitis.
Las infecciones de la córnea son extremadamente dolorosas y van acompañadas de enrojecimiento, hinchazón, visión borrosa y sensibilidad a la luz. La queratitis es una emergencia médica que requiere un diagnóstico y tratamiento urgentes. Si no se trata la queratitis, empeorará y puede provocar ceguera.
La uveítis es una inflamación del centro del globo ocular -la úvea- que suministra sangre a la retina, la parte del ojo que percibe la información visual. Las lesiones oculares, los virus y las afecciones inmunitarias como la artritis reumatoide aumentan la probabilidad de padecer uveítis.
Esta enfermedad provoca sensibilidad a la luz, visión borrosa, "moscas volantes" en el campo visual y un enrojecimiento que puede aparecer y desaparecer. La uveítis no siempre causa dolor, por lo que es más probable que se manifieste posteriormente. Si experimentas alguno de estos síntomas, busca ayuda médica, ya que la uveítis puede dañar tejidos vitales y causar ceguera.
Endoftalmitis
Nuestros globos oculares están llenos de dos tipos de fluidos que ayudan a mantener la forma del ojo. Cuando estos fluidos se infectan, se produce una enfermedad denominada endoftalmitis. Esto puede ocurrir como resultado de una lesión ocular o como una complicación de la cirugía ocular. La endoftalmitis se caracteriza por una visión borrosa, dolor, enrojecimiento dentro y alrededor del ojo, sensibilidad a la luz y pérdida parcial o total de la visión.
Dado que la afección puede desarrollarse muy rápidamente, estos síntomas no deben ignorarse y siempre requieren atención médica urgente para evitar la ceguera o la pérdida de visión.
Ya hemos descrito anteriormente algunos de los principales síntomas de las infecciones oculares, pero a continuación te ofrecemos una lista concisa que puede servirte de ayuda. Ten en cuenta que los síntomas pueden darse en ambos ojos o en uno solo. Hemos marcado como prioritarios los signos que requieren atención de urgencia.
Lo que puedes sentir:
Lo que puedes ver:
Cambios en la visión: