¿Te resulta familiar buscar el teléfono, las llaves del coche, el paraguas o la cartera mientras llega tarde a una cita? Pocas cosas son más molestas que eso, pero este inconveniente concreto también se puede salvar fácilmente con un simple hábito. Coloca un pequeño plato o bandeja decorativa cerca de la entrada y guarda allí todas las cosas mencionadas anteriormente.
No hay nada que dé más ganas de saltarse el desayuno que despertarse con una cocina desordenada. Todos esos platos sucios en el fregadero, las migas por toda la encimera y las cajas de comida semivacías esparcidas por toda la cocina pueden dar mucha hambre. Por eso, te recomendamos encarecidamente que te tomes esos 10 minutos de la noche para organizar un poco tu cocina.
Conocer la ubicación exacta de todo lo que necesitas es un hábito clave de una persona organizada. Si está rebuscando constantemente en su bolso o cartera para encontrar el artículo que necesitas en el momento adecuado, es evidente que tu sistema de organización actual te está fallando.
Lo primero es desordenar. Desecha los recibos innecesarios, las bolsas vacías, los envoltorios... no hace falta que lleves toda esa basura contigo. A continuación, saca los objetos que sueles guardar en la cartera o el bolso y organízalos de forma que los elementos que más utilizas estén siempre fácilmente accesibles. Por ejemplo, las tarjetas de recompensa que más utilizas deben ir en el compartimento de tarjetas delantero de la cartera, mientras que las que rara vez utilizas pueden guardarse en la parte trasera.
Eso es todo. No olvides repetir este proceso de orden de vez en cuando para mantenerte organizado.
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4. Los planificadores y las listas son tus mejores amigos
Ninguna persona tiene una memoria perfecta. Por eso se han inventado los diarios, los cuadernos de notas, las listas de tareas, los temporizadores y los despertadores. Aprende a utilizar estas herramientas y serás más productivo en un instante. Mira qué es lo que mejor te funciona.
¿Eres culpable de aferrarte a objetos viejos "por si acaso"? Ya sabes, como cuando ves que tus zapatillas están demasiado gastadas, así que te compras un par nuevo pero no tiras las viejas. Este tipo de pensamiento genera desorden en tu casa, y con demasiadas cosas, nunca serás capaz de controlar todo.
Este consejo es para aquellos que pasan mucho tiempo vistiéndose por la mañana. Enséñate a preparar de antemano la ropa que vas a ponerte por la mañana, teniendo en cuenta la previsión meteorológica y tus planes para el día. Y no importa si tienes que salir por la puerta a las 7:30, o si te vas a quedar en casa todo el día: este hábito garantiza que tus mañanas sean menos apresuradas y libres de estrés.
El hambre es uno de los mayores escollos de cualquier dieta saludable. Si tu objetivo es comer más verduras, pero no tienes todos los ingredientes para hacer una receta que contenga verduras, probablemente nunca comerás más sano. En lugar de eso, esperarás a tener hambre y te harás un sándwich o buscarás un bocadillo.
Para evitar que se produzca esta situación, planifica tus comidas semanal o diariamente -lo que mejor se adapte a tu estilo de vida- y asegúrate de que tienes el tiempo y todos los ingredientes para cumplir ese plan a lo largo del día o de la semana.
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8. Piensa en las tres principales tareas a realizar cada día
Un día productivo y satisfactorio nunca está sobrecargado de tareas, responsabilidades y plazos. Al contrario, llenar tu agenda con demasiadas cosas te abrumará y te estresará. Quítate algo de encima repartiendo las tareas a otras personas de tu casa o de tu lugar de trabajo, si puedes. Después de todo, el hecho de que seas la única persona organizada de tu familia no significa que tengas que hacerlo todo tú.
Cualquier tarea intimidante puede resultar más tolerable si la divides en tareas más pequeñas y manejables. Por ejemplo, ¿necesitas llamar a la compañía eléctrica por un error de cálculo en tu factura, pero no puedes hacerlo? Aplazar la tarea te hará sentirse aún peor y más ansioso.