Una vez fueron buenos amigos... trató de recordar cuándo.
Recuerda que se conocieron un sábado en una pequeña reunión pero ya muchos inviernos han pasado.
Tenía su amigo una sonrisa traviesa, recuerda que le ayudó a llevar las pertenencias.
"No vas a tocar el equipaje ¿entiendes? ", le dijo con una sonrisa. Él era pequeño y su amigo era todo un fortachón.
Hablaban por la noche, en el patio sobre sus objetivos en la vida. Por primera vez encontró un hombre que realmente le entendía, le llenaba de felicidad.
Han sido días hermosos, pero ha pasado mucha agua desde entonces y muchas cosas turbias junto
con ellos, la mayoría por su culpa. Ahora ya no se llaman amigos, incluso se llaman rivales.
Él no quería confesar pero lo extrañaba.
Una vez condujo hacia el sur y se paró frente a la puerta de su casa para disculparse. Se puso frente a la puerta y trató de golpear pero se volteó y volvió a su carro.
La gente comete muchos errores en la vida y lo mínimo que se les exige es pedir disculpas. No sabía que era tan difícil. Le obligó a reconocer su fracaso y admitir lo corrupto que era. Finalmente se dio la vuelta y volvió a su ciudad.
En su regreso silencioso mientras conducía detrás de un vehículo que le recordaba con letrero que decía "Conecta lo que falta"...
Se preguntó cuánto durará este tonto juego de honor y por qué demonios sigue participando en él.
Un día decide que es suficiente, que es hora de parar y por primera vez en su vida llama realmente a la puerta.
Una mujer joven le abrió la puerta y le preguntó su nombre.
Él dijo a ella quién era.
"Mi marido le ha dejado un sobre", dijo ella. Él lo abrió, dentro había una hoja en la que estaban escritas las siguientes palabras: "Querido amigo, que sepas que a pesar de la disputa entre nosotros, nunca dejé de quererte, pero quería que fueras tú quien diera el primer paso. Que reconocieras tu error... tal y como querías cuando viniste la última vez,
te vi a través de la ventana, recé para que llamaras y golpearas.
Cuando te diste la vuelta quise gritar y no pude. Me quedé helado. Y te fuiste , dejando un vacío en mi corazón.
Si estás leyendo esta carta es una señal que has venido de nuevo. Sólo quería que supieras que te he perdonado. "
¿Cuándo va a volver su marido?" Le preguntó. Tengo tiempo para esperar. Ella sonrió,
una sonrisa amarga, "Mi marido falleció, el sobre estaba en su testamento".
No dejemos que nuestro ego se apodere de nosotros, siempre hay un motivo para aprender, pues a eso hemos venido, todas las dificultades son exactamente para eso, para hacernos crecer.
