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¿Cómo Tratar y Diagnosticar Las Migrañas?

Por el Dr. Arieh Kuritzky, jefe del Departamento de Neurología

Los dolores de cabeza son uno de los principales motivos de consulta en los centros de atención médica. Cerca del 80% de la población sufre de este problema por lo menos una vez al año. Los dolores de cabeza pueden dividirse en dos categorías principales: primarios y secundarios. 

Los primarios son aquellos dolores de cabeza cuya causa no es precisa. En este grupo se encuentran las migrañas, la cefalea en racimo, la cefalea tensional, y otros tipos menos comunes. 

El grupo secundario corresponde a los dolores de cabeza que tienen una causa precisa y pueden recibir tratamiento efectivo. Este grupo incluye dolores asociados a la sinusitis, meningitis, dolores por problemas en las articulaciones de la mandíbula, hemorragia intracraneal, y presión o dolor de cabeza asociado a diferentes partes del rostro, como los ojos, los nervios, los dientes o el cráneo. 

En este caso trataremos uno de los dolores correspondientes al grupo primario: la migraña.
 

¿Qué es la migraña?

Las migrañas han estado presentes en nuestra vida desde la antigüedad. Su nombre proviene de la palabra griega “Hemicrania”, que significa “media cabeza”.

Esta condición se presenta como fuertes episodios de dolor de cabeza, que pueden llegar a durar entre 4 y 72 horas, y son acompañados por náuseas, vómitos, y un aumento de la sensibilidad a la luz o el ruido. El diagnóstico clínico, realizado por un médico, se basa en los síntomas descriptos por el paciente, ya que no existe un método específico que confirme si el paciente sufre o no de migrañas.

Desde el año 1988, las migrañas fueron diagnosticadas de acuerdo al criterio establecido por la Sociedad Internacional Para El Dolor De Cabeza (HIS, siglas en inglés).

Criterio oficial para el diagnóstico de migrañas

Para que la condición sea diagnosticada como migraña se deben cumplir las siguientes condiciones:

Por lo menos 5 ataques que cumplan con el criterio establecido

Dolores de cabeza que duren entre 4 y 72 horas.

Un tipo de dolor de cabeza que tenga por lo menos dos de estas características:

1- Ubicación unilateral
2- Dolores intermitentes
3- Dolores de intensidad severa o moderada
4- Problemas para realizar las actividades físicas diarias.

Durante los episodios se debe presentar por lo menos uno de estos síntomas.

1- Náuseas y/o vómitos
2- Fotofobia o fonofobia.

El dolor no se atribuye a ningún otro trastorno.
 

Los dos tipos principales de migrañas

Los dos tipos principales de migraña son con o sin aura

El aura es una alteración de la percepción temporaria que suele manifestarse antes del comienzo de un episodio. Esta sensación puede llegar a durar entre 20 y 30 minutos y, por lo general, incluye síntomas como visión borrosa, ceguera parcial, alucinaciones visuales y hasta ceguera total. En los casos más atípicos, las auras se manifiestan como una sensación de debilidad, acompañada por mareos severos y una sensación de pinchazos en la mitad del cuerpo.

Cerca del 15% de las migrañas se presentan con auras. Dos tercios de la población experimenta la migraña sin aura, y el resto la experimenta de forma intermitente.

Estos dolores de cabeza pueden durar entre 4 y 72 horas, y suelen estar acompañados por síntomas como náuseas, vómitos, fotofobia, fonofobia, sudoración, diarrea, palidez y fatiga.

En los últimos años, se ha intentado descubrir una forma más efectiva de diagnosticar esta enfermedad mediante la realización de entrevistas a pacientes que padecen migrañas, a partir de las cuales se buscó encontrar factores comunes en todas las experiencias compartidas. De esta forma, se ha comprobado que el paciente puede ser diagnosticado con migraña si presenta dos de estos tres síntomas: náuseas, fotofobia, y disminución de la capacidad. 

En Estados Unidos y Europa, cerca del 16% de la población sufre de migrañas. Este fenómeno tiene una incidencia más alta en la población femenina, ya que afecta entre un 20 y 23% de las mujeres y solo un 10 o 12% de los hombres.  Aunque la frecuencia con la que esta afección se presenta en niños preadolescentes es de un 4%, esta cifra aumenta con rapidez en mujeres, llegando a su pico más alto alrededor de los 40 años. A pesar de que la frecuencia de los episodios es de 1.5 por mes, el 10% de los pacientes padece migraña una vez por semana. 

La calidad de vida para una persona que padece de frecuentes episodios de migrañas no es buena, ya que esta es considerada una de las enfermedades más debilitantes que existen. Las migrañas no solo afectan la salud del paciente, sino que también repercuten en sus relaciones familiares, su círculo social, sus estudios y trabajo. Como consecuencia, la calidad de vida de las personas que padecen esta enfermedad es igual a la de aquellos pacientes diagnosticados con depresión clínica y peor que la de aquellas personas que padecen diabetes o hipertensión. 

Genética

Las migrañas son conocidas por ser hereditarias. En un tipo inusual de migraña, la causa hereditaria fue descubierta en el cromosoma número 19 del área que regula la absorción de iones de calcio en las células, una función requerida para que las células puedan funcionar de forma correcta y transferir señales entre ellas. El defecto genético obstruye los canales por los cuales el calcio es absorbido, alterando el funcionamiento de las células. El problema es que el gen asociado al tipo común de migraña aún no ha podido ser identificado. 

¿Cómo suceden las migrañas?

Las migrañas son probablemente enfermedades que se producen a nivel cerebral y no cardiovascular, como solía pensarse. Es posible que las auras sean la consecuencia de un deterioro en el funcionamiento de cierta parte del córtex, que progresa constantemente y es acompañado de una disminución en el flujo sanguíneo hacia dichas partes. Debido a que el dolor de cabeza comienza cuando hay una disminución del flujo sanguíneo, la causa de esta afección no estaría relacionada con los vasos sanguíneos como solía pensarse.

Se creer que los cambios en el córtex afectan el tronco del encéfalo, causando la expansión e inflamación de los vasos sanguíneos intracraneales, que es una de las principales causas del dolor. El tronco del encéfalo es el responsable de los otros síntomas, como las náuseas o los vómitos.
 

Tratamiento

El tratamiento de esta afección puede ser dividido en medicinal y conductual. El último se concentra en el cambio o eliminación de ciertos hábitos que estimulan la migraña. Se estima que el cerebro de una persona que padece migraña es más propenso a ser afectado por situaciones extremas, por lo que es necesario asegurarse de llevar una dieta equilibrada, dormir lo suficiente y evitar situaciones de estrés. En otras palabras, las personas que padecen migraña deben evitar los estados mentales extremos, ya sea por hambre, estrés, enojo, o fatiga. Además es importante identificar los alimentos que podrían causar episodios de migraña e intentar desterrarlos de la dieta. Una persona que padece esta afección debe llevar un control de su rutina diaria, y de las actividades que causan o estimulan los episodios. 

Tratamiento medicinal

Tratamiento de ataques severos: para estos casos, el tratamiento puede ser específico, mediante el uso de triptanes, o no específico, mediante el uso de analgésicos, como paracetamol, aspirina, o ibuprofeno. Mientras el primer tratamiento solo es efectivo a la hora de tratar migrañas, el segundo ofrece alivio para diferentes tipos de dolores de cabeza. 

Los triptanes son un tipo de medicina relativamente nuevo que trabaja sobre los receptores de serotonina en el cerebro. Los receptores están ubicados en los vasos sanguíneos del cerebro, principalmente en el córtex cerebral y las terminaciones nerviosas conectadas a dichos vasos. Estos fármacos previenen la expansión e inflamación de los vasos sanguíneos, que luego causa la migraña. 

Los efectos secundarios de los triptanes no son peligrosos ni duraderos- Estos incluyen debilidad, y una sensación de incomodidad y opresión en el pecho que no tiene relación alguna con problemas cardíacos. La reacción del individuo a estos fármacos es muy personas e impredecible, por lo que es posible que sea necesario probar diferentes variaciones hasta encontrar la más efectiva.

Los triptanes son seguros y efectivos, y por lo general mejoran considerablemente la calidad de vida del paciente.

En estudios recientes, el uso de triptanes en los comienzos del episodio demostró ser efectivo a la hora de detener la progresión del ataque y prevenir un segundo episodio.

Tratamiento preventivo: este tratamiento, pensado para reducir la frecuencia, duración e intensidad de los episodios de migraña, debe realizarse cuando el paciente padece 3 o 4 ataques por mes que debilitan al paciente e interrumpen el correcto desarrollo de su rutina, cuando los ataques se manifiestan acompañados de síntomas severos, o cuando han fracasado otros tratamientos previos.

Los fármacos preventivos incluyen beta-bloqueadores, antidepresivos, medicina para epilepsia, bloqueadores de los canales de calcio, y antiinflamatorios.

Se recomienda comenzar con una dosis baja y aumentarla de forma gradual. Se requieren de 6 a 8 semanas para determinar la eficacia del tratamiento, que debe realizarse por lo menos durante 6 meses. Si ocurre un ataque de migraña durante el tratamiento preventivo, el paciente puede recurrir a fármacos como los triptanes, para complementar. 

Las medicinas más eficaces para prevenir los episodios de migraña son los beta-bloqueadores. Sin embargo, estos fármacos no pueden utilizarse en pacientes que padecen asma, diabetes (dependiente de insulina), o insuficiencia cardíaca congestiva. Las personas que realizan deportes pueden registrar un leve deterioro en su rendimiento físico.

En los últimos años, las medicinas para epilepsia han sido utilizadas como tratamiento preventivo, ya que su eficacia es similar a la de los beta-bloqueadores. Debido a que ambos fármacos son bastante tolerables, su uso se está volviendo cada vez más difundido. Es posible recurrir a otros fármacos,  como antidepresivos o antiinflamatorios, dependiendo de la condición física y mental del paciente.

Dolores de cabeza crónicos: hay cada vez más evidencia que prueba que la migraña es una enfermedad progresiva que puede transformarse en dolores de cabeza diarios y crónicos. Aunque esta transformación está asociada al 70% de los casos en los cuales se hace abuso de los analgésicos, también puede producirse de forma espontánea y sin causa específica. 

Se cree que el inicio del dolor sin causa aparente puede deberse a la formación de nuevos patrones en el sistema nervioso central. Estos disminuyen la resistencia del paciente, y agravan los efectos de los factores externos e internos que normalmente no son causantes de migrañas.

Esta información cambió radicalmente la perspectiva de los neurólogos sobre el tratamiento preventivo. La intervención temprana podría prevenir la progresión de la enfermedad a una afección diaria, el desarrollo de cambios irreversibles en el cerebro, y el aumento de la resistencia a cualquier tipo de tratamiento. 

Gracias a este informe, pudimos descubrir que, en la actualidad, existe cada vez más información sobre las causas y desarrollo de la migraña, así como sobre los diferentes tipos de tratamientos para combatir esta enfermedad. Hoy en día, la mayoría de los tratamientos involucran el uso de fármacos específicos que son efectivos en el 80% de los casos, y medidas preventivas como opción complementaria. 

En conclusión, podemos decir que los días en que los doctores decían que “no existía un tratamiento efectivo para la migraña” han terminado. En la actualidad, la medicina moderna cuenta con una gran variedad de opciones para tratar esta enfermedad de forma efectiva. Lo único que debes hacer es consultar con una especialista y evaluar los mejores tratamientos para tu caso.
 
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