1. Pensar en grande
Seguro que quieres plantar todos los vegetales y frutas ahora mismo y dejar de comprarlos en la verdulería, o deseas tener hermosas flores para decorar tu jardín. Sin embargo, si decides cultivarlo todo junto, por primera vez y sin experiencia, descubrirás que es bastante difícil y fastidioso, lo que puede frustrarte y hacer que te rindas antes de comenzar.
Para evitar la confusión de cuando es necesario regar qué planta, y en qué lugar plantarla, comienza pensando en pequeño. Elige una planta o vegetal para comenzar y dedícate a él. Tu jardín disfrutara de más atención y cariño y tú te sentirás más confiado y satisfecho. Una vez que hayas logrado cultivar una planta, comienza a plantar más de a poco, pero asegúrate de plantar según la estación.
Al igual que las personas, las plantas necesitan de agua para el funcionamiento de su metabolismo y su buen crecimiento, pero los diferentes tipos de plantas necesitan diferentes cantidades de agua. Si riegas poco una planta puede marchitarse y secarse, si la riegas mucho puedes matarla, ya que se pudren las raíces. Una vez que las raíces se ven dañadas, la planta no tiene mucho futuro.
La mayoría de las plantas deben ser regadas entre 1 a 3 veces por semana. Si no humedeces suficiente la tierra, el agua no se filtrará hacia abajo hasta las raíces y la planta se secará, o crecerán sus raíces cerca de la superficie del suelo, lo que las hará competir entre ellas.
6. Plantar demasiado profundo o poco profundo
Cuando se trata de semillas, cuanto más grande es, más profundo debes ser plantada. Sin embargo plantar una semilla muy profundo, en la tierra, le impedirá el crecimiento ya que no recibirá suficiente luz solar cuando la necesita. Si las semillas se encuentran muy cercanas a la superficie, podrían secarse y marchitarse, o convertirse en una planta que no puede mantenerse recta porque sus raíces no son lo suficientemente fuertes para sostenerla.
Es mejor plantar algunos tipos de semillas (como los de lechuga), más cercanas a la superficie de la tierra para que la luz solar desencadene su crecimiento. Así como cada planta tiene sus "reglas", léelas antes de plantarla en tu jardín.
7. Plantar una muy cercana a la otra
Si las semillas se encuentran muy cercanas unas a otras, competirán por los recursos, lo que traerá plantas pequeñas y más débiles. Lee las instrucciones en el paquete, para saber cuál es la distancia recomendable e intenta no desviarte de ello.
Recuerda: no todas las semillas germinarán, y no todas las plantas madurarán, por lo que si notas que algunas plantas se encuentran muy cercanas, trasplántalas.
8. Dejar que las malas hierbas crezcan con libertad
Las malas hierbas compiten con tus plantas por los recursos, por lo que deben ser arrancadas tan pronto como sea posible. Aún más, las raíces de estas hierbas pueden enredarse con las de tus plantas y al arrancarlas, puedes lastimar las raíces de tus plantas. Mantente atento al crecimiento de estas hierbas intrusas.
Algunas plantas prefieren un tipo de clima sobre otro. Cuando te encuentras eligiendo la planta que deseas cultivar en tu jardín, asegúrate de que sea compatible con el clima de la estación del año en que te encuentras. Algunos vegetales (como el maíz, los frijoles, el pepino, etc.) necesitan de tierra cálida y deberían ser plantados en los finales de la primavera, mientras el brócoli, las coles, puerro, etc., necesitan ser plantados en invierno.
Si los inviernos de tu localidad son particularmente ventosos, puedes cortar al medio un recipiente de plástico grande y cubrir las plantas. Durante el verano es recomendable regar las plantas en las mañanas o al final de la tarde, ya que durante el mediodía, la intensidad de los rayos solares, puede hacer reflejo en el agua y dañar tus plantas.
No importa en qué lugar te encuentres, siempre habrá criaturas que estén esperando a que te distraigas para hacerse un festín con tus plantas. Esto incluye insectos, roedores y pájaros. Si no deseas utilizar pesticidas, considera utilizar un espantapájaros o colgar CD en desuso con hilos para que enceguezca y asuste a las pestes. Otra buena solución para las plagas es el aceite de menta, empapa bolas de algodón y colócalas alrededor del jardín. El poderoso aroma desorienta el sentido del olfato de los roedores y es odiado por las hormigas. Si tu problema son las babosas, esparce un poco de sal alrededor de las plantas.
Si tienes un problema con los insectos (como pulgones), toma una botella con atomizador, y llénala con agua con un poquito de detergente de platos, luego rocía tus plantas con la mezcla una vez a la semana. Esta solución matará a cualquier insecto que tenga la planta y detendrá a otros de tratar de comerla. (Sólo recuerda lavar bien los vegetales antes de consumirlos).
11. No saber cuáles plantas "se llevan bien" con otras
Algunas plantas cuando son plantadas en conjunto, pueden ser muy beneficiosas unas con las otras, para impedir las plagas, protegerse entre ellas del clima, mejorar la fertilización de la tierra, etc. En otros casos, algunas plantas no son compatibles con otras y no deben ser plantadas una cercana a la otra.
Las papas son particularmente compatibles con el cilantro, los frijoles, el maíz, o el repollo, pero causa problemas con las calabaza, el zapallo anco, el pepino, tomate, etc. Consulta con el vendedor o busca información en internet para prevenir disgustos.