No hace falta ser un jardinero profesional ni tener un jardín para cultivar tus propias frutas y verduras frescas y ecológicas. Algunos productos de precio desorbitado, como los aguacates, los microgreens, la rúcula e incluso las setas, pueden cultivarse fácilmente en casa por una fracción del precio. Todas las plantas que mencionamos en este artículo son deliciosas, están repletas de nutrientes saludables y, lo has adivinado, son fáciles de cultivar incluso si no tienes un patio o jardín, algunas de ellas ni siquiera necesitan sol o un equipo especial de jardinería.
1. Remolacha
Lo mejor de la remolacha es que se puede comer toda la planta, utilizando las hojas en la ensalada y reservando las raíces para sopas, ensaladas, guisos, etc. Además, la remolacha es una de las hortalizas más sanas que existen y tiene numerosos e impresionantes beneficios para la salud.
A continuación te explicamos cómo cultivar remolacha en una maceta:
En maceta: Un recipiente profundo (de al menos 17 pulgadas) con buen drenaje.
Suelo: Tierra arenosa con un nivel de pH neutro.
Cómo plantar: Siembra las semillas con una separación de 1 pie entre ellas, a una profundidad de ¼ de pulgada en el suelo.
No es necesario regar las remolachas con frecuencia, sino sólo cuando la tierra de la maceta esté seca. Las remolachas prosperan en un entorno con luz brillante y temperaturas frescas, así que elige un lugar en tu casa que no esté bajo la luz directa del sol (al menos no en clima cálido). Puedes recolectar tus remolachas cuando crezcan hasta el tamaño de una manzana mediana.
2. Setas
Las setas son versátiles, deliciosas y tienen varios beneficios para la salud, pero suelen ser caras. Por suerte, también son uno de los mejores candidatos para el cultivo en interiores, ya que no requieren luz solar. Las tres variedades de setas que más se cultivan en casa son el champiñón (champiñón blanco), las setas de ostra y el shiitake.
Consejos para el cultivo de setas:
Sustrato: Dependiendo del tipo de seta que quieras cultivar, puedes utilizar paja o posos de café (ostra), serrín de madera dura (shiitake) o estiércol de compost (botón blanco).
Preparación del sustrato: Lo mejor es esterilizar el sustrato antes de utilizarlo para cultivar setas, por lo que tendrás que calentarlo antes de cultivar.
Cómo plantar: Mezcla el caldo de cultivo de setas que has comprado con tierra húmeda en un recipiente plano y amplio, y mantenlo en una zona fresca y oscura (como un sótano).
Tendrás que mantener la tierra húmeda para fomentar el crecimiento utilizando una botella de spray. En 2 ó 3 semanas, deberías ver aparecer manchas blancas y difusas en la tierra, y finalmente, las setas empezarán a crecer fuera del recipiente. Puedes recoger las setas cuando los sombreros se abran.
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3. Brócoli
El brócoli puede cultivarse en interiores con un clima suave, normalmente durante la primavera y el otoño. Además de ser una hortaliza muy saludable, el brócoli es fácil de mantener y madura con bastante rapidez. Al igual que la remolacha, puedes utilizar los tallos y las hojas del brócoli en las ensaladas para no desperdiciar ninguna parte de la hortaliza.
Preparación: Lo mejor es germinar las semillas en un recipiente pequeño separado o en una bandeja para plántulas, transfiriéndolas a una maceta una vez que hayan crecido al menos 5 hojas.
Suelo: Tierra ligera con buen drenaje.
Cómo plantar: Plantar las plántulas en una maceta a unos ¼ de pulgada de profundidad, humedeciendo previamente la tierra con un pulverizador.
El brócoli necesita luz solar directa, preferiblemente al menos 6 horas diarias. Un brócoli grande necesitará alrededor de 1 metro de espacio, así que intenta no saturar la maceta, retirando y trasplantando las plantas excesivas si es necesario. Cuando el brócoli alcance el tamaño deseado (esto también dependerá de la variedad de la semilla), podrá recolectarse. Algunas variedades de tamaño pequeño y mediano pueden recolectarse varias veces en una temporada.
4. Microvegetales
Los microvegetales son plántulas de hierbas y verduras cultivadas en el suelo. No hay que confundirlos con los brotes, que son mucho más pequeños y se cultivan en agua. Puede que pienses que estas verduras están reservadas sólo para la alta cocina, pero hay una razón por la que a los chefs les encanta cubrir sus elegantes creaciones con un puñado de microgreens.
Estas plantas no sólo añaden una textura agradable a cualquier plato, sino que también tienen cantidades increíblemente altas y concentradas de vitaminas A, C y K, así como folato y fibra. Y aunque pueden ser caras cuando se compran en la tienda, cultivarlas en casa no puede ser más sencillo.
Cultivo en maceta: Necesitarás una bandeja poco profunda o una bandeja para semilleros con drenaje llena de unos 5 cm de mezcla para macetas. Humedece la bandeja con una pequeña cantidad de agua.
Cómo cultivar: Elige una buena selección de semillas diferentes (por ejemplo, col rizada, remolacha, albahaca, rábanos, acelgas, etc.) y espolvorea la tierra. Siga con otra fina capa de tierra y rocíe con agua utilizando una botella de spray.
A los microvegetales les gustan los lugares soleados y una temperatura ambiente de 16-20ºC. Tendrás que rociar la bandeja a diario. En unos 3-5 días, deberías ver los primeros brotes, y en este momento, es crucial que reciban mucha luz solar. Las plántulas no estarán listas hasta dentro de 3-5 semanas, así que ten paciencia y espera a que crezcan hasta alcanzar 1-2 pulgadas de altura.
Una vez listos, puedes recolectar los microgreens simplemente cortándolos a la mitad, de esta manera tus semillas darán varias cosechas. Las verduras pueden consumirse frescas en ensaladas o como aderezo de cualquier plato, o conservarse en un recipiente en la nevera hasta 3-5 días.
Las higueras son hermosas y lujosas y, a pesar de la creencia popular, pueden dar frutos en el interior, y estos frutos son deliciosos y saludables. Ahora bien, tendrás que elegir el tipo de higuera con mucho cuidado si quieres que dé frutos, así que habla con tu cultivador local para encontrar una especie adecuada, como el Pavo Marrón, por ejemplo.
Aquí tienes algunos consejos de cultivo y cuidados:
El cultivo en maceta: Una vez comprado el árbol, lo mejor es trasplantarlo a una maceta grande inmediatamente, ya que una maceta pequeña limitará el crecimiento de la planta. Te recomendamos que compres un árbol pequeño porque fructificará más rápido que si lo cultivas a partir de una semilla.
Cuidar el árbol: Puedes podar el árbol para ajustarlo a las dimensiones de tu habitación, pero vigila las raíces. Si empiezan a salirse de la maceta a través de los agujeros de drenaje, es hora de trasplantar el árbol a una maceta que sea al menos un ⅓ del tamaño mayor.
Las higueras no necesitan ser regadas con frecuencia, una vez a la semana es suficiente. Reserva un lugar con mucha luz para tu higuera porque la luz del sol es crucial para el contenido de azúcar de la futura fruta. El árbol debe estar protegido del frío y de las corrientes de aire, ya que no tolera las bajas temperaturas. Los frutos pueden recolectarse una vez que cambien su color de verde oscuro a verde claro o morado (depende de la especie) y se ablanden.
6. Brotes
¿Son los germinados saludables y deliciosos? Definitivamente sí. ¿También son demasiado caros y se estropean rápidamente? Desgraciadamente, la respuesta también es sí, pero no es una razón para dejar de comerlos, ya que cultivar germinados en casa no puede ser más fácil.
Equipamiento: no es necesaria la tierra, todo lo que necesitarás es un tarro, una goma o una tapa de lata, un trozo de tela transpirable (por ejemplo, estopa), semillas y un plato.
Cómo cultivar: Remoja las semillas de tu elección en un tarro durante un mínimo de 8 horas, y luego cubre la parte superior del tarro con la tela asegurada con una banda elástica. Escurre el agua, luego rellena el tarro con agua fresca y vuelve a enjuagarlo inmediatamente.
En los siguientes 5-7 días, tendrás que repetir este método de llenado y enjuague unas dos veces al día hasta que tus brotes crezcan al tamaño que prefieras. Son mejores cuando todavía están tiernos y no han alcanzado un color verde brillante. Una vez listos, escúrrelos y acláralos por última vez y utilízalos inmediatamente o refrigéralos en un recipiente o bolsa sellada hasta 2-3 días.
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7. Jengibre
En TodoMail escribimos constantemente sobre el jengibre, ya que esta raíz merece el título de "superalimento" gracias a sus innumerables beneficios para la salud. Sin embargo, almacenar el jengibre puede ser una tarea ardua, ya que tiende a secarse o a estropearse antes de que consigas terminarlo. La solución: plántalo y tendrás un suministro casi interminable de jengibre en tu casa.
Cómo cultivarlo: Esto es muy sencillo. Compra un poco de jengibre, cúbrelo con tierra en un recipiente bien drenado (colocando las partes más frescas hacia arriba) y espera. Pronto verás cómo salen brotes de la tierra.
El jengibre prospera con luz solar indirecta y debe mantenerse en un suelo moderadamente húmedo. Para recolectar un trozo, basta con sacar la planta de la tierra, cortar la cantidad que necesites y repetir el proceso de siembra de nuevo, muy fácil.
8. Naranjas mandarinas o limones Meyer
Los mandarinos o limoneros enanos son una planta de interior perfecta, y si eliges el tipo adecuado, producirán cítricos de buena calidad llenos de vitaminas y antioxidantes esenciales (más información sobre los beneficios para la salud aquí).
Aquí tienes algunos consejos para el cuidado de tu mandarino o limonero:
Maceta: una maceta grande, profunda y espaciosa con buen drenaje es lo mejor si quieres que tu árbol produzca frutos.
Cómo cultivar: Se recomienda comprar un árbol pequeño y trasplantarlo. Un buen indicio de que necesita trasplantar su planta es cuando las raíces de la planta empiezan a crecer fuera de los agujeros de drenaje.
Es necesario regar el árbol con regularidad, pero se recomienda que la tierra se seque un poco antes de volver a regarla. La planta debe tener acceso a la luz solar directa. Estos árboles pueden crecer hasta 1,80 metros de altura, así que asegúrate de que tienes espacio suficiente en un lugar soleado de tu casa. Los frutos que han adquirido un color naranja brillante están listos para ser recogidos inmediatamente, de lo contrario, pueden volverse amargos.
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