Cuando trabajas para lograr una meta, lo que más te motiva es:
Deseo de hacer las cosas bien y mejorar el mundo.
Ayudar a otros a alcanzar el éxito y sentirse apoyados.
Obtener reconocimiento y alcanzar la excelencia.
Expresar tu yo auténtico y crear algo significativo.
Comprender y dominar el tema en cuestión.
En una situación estresante, su primer instinto es:
Toma el control y crea orden para manejar la situación.
Busque tranquilidad y seguridad conectándose con otros.
Encuentre una manera de aligerar el estado de ánimo o concentrarse en algo emocionante.
Retírate y reflexiona sobre tus sentimientos para procesarlo todo.
Mantenga la armonía y evite conflictos innecesarios.
Te sientes más valorado cuando las personas:
Reconozca su arduo trabajo e integridad.
Agradezco su cuidado y generosidad.
Admira tus logros y tu energía.
Comprenda y reconozca su perspectiva única.
Respete su experiencia y sus conocimientos.
En las relaciones, tiendes a:
Sea una presencia calmante y estabilizadora.
Proteja y defienda a sus seres queridos.
Anticipa y satisface las necesidades de tu pareja.
Busque conexiones emocionales profundas e interacciones significativas.
Preocúpese por garantizar la seguridad y la protección para el futuro.
Al tomar decisiones, usted:
Concéntrese en hacer lo correcto y seguir principios éticos.
Considere cómo afectará esto a las personas que lo rodean.
Elija lo que mejor se alinee con sus objetivos y visión.
Evalúe los riesgos y asegúrese de estar preparado para los desafíos.
Explore posibilidades interesantes y tome riesgos creativos.
Su entorno de trabajo ideal es aquel en el que:
Hay expectativas claras y una estructura para guiar el trabajo.
Se valora mucho la colaboración y el trabajo en equipo.
Se fomenta y celebra la creatividad y la innovación.
Tienes autonomía para profundizar en los proyectos de forma independiente.
Puedes liderar y tener un impacto significativo en la organización.
Tu mayor miedo (realista) es...
Equivocarse o cometer un error.
Ser no deseado o no amado.
Fracasar o ser visto como un fracaso.
Ser pasado por alto o mal entendido.
No estar preparado o ser inseguro en situaciones difíciles.
En un ambiente grupal, usted es quien:
Mantiene a todos organizados y garantiza que todo vaya por buen camino.
Apoya a los demás siendo empático y servicial.
Fomenta la diversión y la espontaneidad en el grupo.
Garantiza que todos se sientan cómodos e incluidos.
Desafía el status quo y aboga por el cambio.
Su enfoque de crecimiento personal está en:
Aprender a relajarse y no controlarlo todo.
Establecer límites y ocuparse de sus propias necesidades.
Conectando con tus emociones más profundas y tu autenticidad.
Desarrollar resiliencia y enfrentar los desafíos con confianza.
Comprometerse más con los demás y compartir sus pensamientos.
Tu principal fortaleza es:
Compromiso de hacer lo correcto, pase lo que pase.
Empatía y atención a las necesidades de los demás.
Confianza y ganas de sobresalir en cualquier situación.
Profundidad y creatividad, viendo la belleza en la complejidad.
Pensamiento claro y resolución de problemas perspicaz.
Evitas conflictos al:
Creando un ambiente agradable y alegre.
Distraerse con algo divertido o productivo.
Pensando en cada detalle y preparándose para contingencias.
Afirmar su punto de vista con firmeza y confianza.
Tratando de cumplir con las expectativas de todos.
Cuando te enfrentas a una crítica, tiendes a:
Solucionar el problema y te aseguras de que no vuelva a suceder.
Te preguntas si realmente eres valorado por los demás.
Defiendes tu éxito y defiendes tus acciones.
Te mantienes firme y defiendes con confianza tu postura.
Lo olvidas o buscas consuelo para sentirte seguro nuevamente.
Tipo 1: El reformador
Éticos, disciplinados y con principios, los reformadores están impulsados por un fuerte sentido de propósito y un deseo de mejorar el mundo. Se esfuerzan por alcanzar la perfección y se adhieren a altos estándares, y a menudo se responsabilizan a sí mismos y a los demás. Se destacan en crear orden y estructura, pero pueden volverse demasiado críticos o rígidos cuando las cosas no alcanzan sus ideales. Profundamente motivados por la integridad y la justicia, los reformadores encuentran satisfacción al hacer lo correcto y generar un impacto positivo y significativo.
Tipo 2: El ayudante
Cálidos, afectuosos y generosos, los Ayudantes están profundamente en sintonía con las necesidades y sentimientos de los demás. Prosperan en la conexión y se sienten más realizados cuando pueden apoyar o nutrir a quienes los rodean. A menudo desinteresados y empáticos, pueden tener dificultades para priorizar sus propias necesidades, y en ocasiones se esfuerzan demasiado para obtener aprobación o evitar el rechazo. Los ayudantes destacan por crear relaciones armoniosas y fomentar un sentido de pertenencia, pero se benefician al aprender a establecer límites y cuidar de sí mismos.
Tipo 3: El triunfador
Ambiciosos, adaptables y orientados al éxito, los triunfadores son emprendedores natos y hábiles para establecer y alcanzar metas. Se enorgullecen de sus logros y disfrutan del reconocimiento por sus esfuerzos. Si bien están muy motivados y son carismáticos, pueden concentrarse demasiado en la validación externa o descuidar sus necesidades emocionales. Los triunfadores se destacan por inspirar a otros e impulsar resultados, pero crecen más cuando reducen el ritmo, se conectan con su verdadero yo y aprecian su valor más allá de los logros.
Tipo 4: El individualista
Creativos, introspectivos y emocionalmente profundos, los individualistas valoran la autenticidad y se esfuerzan por expresar su identidad única. Están en sintonía con su mundo interior y, a menudo, se sienten atraídos por actividades artísticas o poco convencionales. Aunque son profundamente compasivos, pueden luchar contra la sensación de ser incomprendidos o desconectados de los demás. Los individualistas destacan por ver la belleza en la complejidad y ofrecer nuevas perspectivas. Su crecimiento personal proviene de aceptar su resiliencia emocional y equilibrar la autoexpresión con el aprecio por los puntos en común que comparten con los demás.
Tipo 5: El investigador
Analíticos, perceptivos e independientes, los investigadores tienen un profundo deseo de comprender el mundo y recopilar conocimientos. Les encanta explorar nuevas ideas y disfrutar de actividades intelectuales, a menudo profundizando en los intereses que eligen. Si bien son autosuficientes e ingeniosos, pueden luchar contra el desapego emocional o retirarse de las relaciones para conservar energía. Los investigadores brillan cuando utilizan sus conocimientos para resolver problemas complejos e interactuar de manera significativa con otros, combinando su experiencia con la vulnerabilidad para construir conexiones más ricas.
Tipo 6: El leal
Los leales, confiables, leales y centrados en la seguridad, son personas dedicadas que buscan estabilidad y seguridad en sus entornos. Se destacan en anticipar desafíos y prepararse para los peores escenarios, pero esto a veces puede llevar a un análisis excesivo o a dudar de uno mismo. Los leales valoran las relaciones y a menudo actúan como aliados confiables para los demás, ofreciendo apoyo y tranquilidad. Prosperan cuando desarrollan confianza en su fuerza interior y aceptan la incertidumbre con valentía, equilibrando su naturaleza cautelosa con la confianza en sí mismos y en el mundo.
Tipo 7: El entusiasta
Espontáneos, enérgicos y optimistas, los entusiastas son aventureros naturales que buscan emoción y alegría en la vida. Tienen habilidad para encontrar aspectos positivos y disfrutan explorando nuevas posibilidades. Su entusiasmo es contagioso, pero es posible que eviten lidiar con emociones o responsabilidades difíciles y prefieran centrarse en la diversión y la novedad. Los entusiastas se destacan por inspirar a otros y aportar energía fresca a cualquier situación. Crecen más cuando aprenden a equilibrar su entusiasmo por la vida con un compromiso más profundo en el momento presente.
Tipo 8: El retador
Asertivos, confiados y protectores, los Challengers son personas de carácter fuerte que valoran la independencia y la justicia. Naturalmente, asumen roles de liderazgo y no tienen miedo de decir lo que piensan o defender a los demás. Si bien su fuerza es admirable, pueden luchar contra la vulnerabilidad o ser percibidos como demasiado intensos. Los retadores prosperan cuando equilibran su asertividad natural con la compasión y la apertura, utilizando su impulso para empoderar a los demás y crear entornos donde puedan florecer la justicia y el respeto mutuo.
Tipo 9: El pacificador
Tranquilos, armoniosos y solidarios, los pacificadores dan prioridad al mantenimiento de la paz interior y exterior. Son excelentes mediadores que pueden ver múltiples perspectivas y unir a las personas. Sin embargo, su deseo de evitar conflictos puede llevarlos a la pasividad o al descuido de sus propias necesidades. Los pacificadores brillan al fomentar la cooperación y crear una presencia tranquilizadora. Crecen más cuando aprenden a afirmarse y a enfrentar los desafíos directamente, descubriendo que la verdadera armonía a menudo requiere aceptar y sortear las diferencias en lugar de evitarlas.