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Un Texto Para Reflexionar: Los Analfabetos De Hoy

El Redactor: Jessica Q. R.
Definitivamente no podemos negar que el aumento de la tecnología por un lado nos ha beneficiado y por el otro nos ha hecho más dependientes de ella. Hemos llegado al grado en que muchas personas no leen ni siquiera un libro durante un año, no saben hacer cálculos, y mucho menos recordar números de teléfono o fechas importantes sin la ayuda de sus dispositivos electrónicos.
 
En esta oportunidad queremos traerte una reflexión en torno al tema, de la autoría del periodista recientemente fallecido Jesús Quintero. 
 
Reflexión Los Analfabetos De Hoy, libro en blanco

Siempre ha habido analfabetos, pero la incultura y la ignorancia siempre se habían vivido como una vergüenza. 

Nunca como ahora la gente había presumido de no haberse leído un libro en su jodida vida, de no importarle nada que pueda oler levemente a cultura o que exija una inteligencia mínimamente superior a la del primate. 

Reflexión Los Analfabetos De Hoy, mujer viendo un ipad

Los analfabetos de hoy son los peores porque en la mayoría de los casos han tenido acceso a la educación, saben leer y escribir, pero no ejercen.

Cada día son más y cada día el mercado los cuida más y piensa más en ellos.

La televisión cada vez se hace más a su medida. 

Reflexión Los Analfabetos De Hoy, hombre mirando televisión
Las parrillas de los distintos canales compiten en ofrecer programas pensados para una gente que no lee, que no entiende, que pasa de la cultura, que quiere que la diviertan o que la distraigan, aunque sea con los crímenes más brutales o con los más sucios trapos de portera. 

El mundo entero se está creando a la medida de esta nueva mayoría, amigos. 

Todo es superficial, frívolo, elemental, primario… para que ellos puedan entenderlo y digerirlo.

Reflexión Los Analfabetos De Hoy, mujer de compras
Esos son socialmente la nueva clase dominante, aunque siempre será la clase dominada, precisamente por su analfabetismo y su incultura, la que impone su falta de gusto y sus morbosas reglas. 

Y así nos va a los que no nos conformamos con tan poco, a los que aspiramos a un poco más de profundidad. 

Autor del texto: Jesús Quintero

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